Los ambientes de este piso santanderino asombran por su estética tan especial. En él, la luz fluye libremente, mientras muebles, textiles y fotografías se convierten en piezas exclusivas.

Cuando a una persona le apasiona su profesión, ésta llega a entretejer paulatinamente un estilo de vida propio e intransferible, una forma peculiar de captar las sensaciones que le vienen del exterior y que, al final, aunque no sea consciente de ello, conforman sus gustos y su personalidad. Quizá sea por esto que la pasión por la estética, el interiorismo, el diseño, el arte y la fotografía contemporáneos de la propietaria de esta vivienda, una estilista con amplia experiencia en el mundo de la decoración, se percibe en cada uno de sus rincones. Situada en El Sardinero, Santander, tiene unos 120 m2, y después de ser reformado por la decoradora Concha Rodríguez, del Estudio Telone, destaca por la elección del blanco para pintar paredes, puertas y también el suelo antiguo, que es de madera.
En la vivienda se ha creado un lienzo en blanco, un telón de fondo que actúa como si la casa fuera un gran estudio de fotografía en el que resaltan las piezas de mobiliario y cobran relevancia los detalles. Otro aspecto importante de la reforma ha sido la redistribución, que ha conseguido espacios diáfanos. Para empezar, y con el fin de prescindir de puertas, en el recibidor se ha levantado un tabique que lo independiza del resto de las estancias pero que conecta con el salón. Este último ha ganado metros al incorporarse una amplia terraza y compartir espacio con el comedor, decorado de tal forma que también es zona de trabajo. También se ha eliminado un cuarto pequeño para crear un amplio vestidor que comunica con el dormitorio principal; y lo mismo sucede en la cocina, donde se ha derribado un tabique que la separaba del office. La renovación del piso también afectó a la calefacción y por eso, la propietaria se deshizo de los radiadores que había, sin atractivo alguno, y los sustituyó por piezas verticales y planas, también blancas, que sintonizan con la estética actual de la casa. Para los ventanales, la dueña sabía que debía encontrar una solución para evitar el deslumbramiento en el interior que, al mismo tiempo, apenas redujera la luminosidad. Y lo encontró en unos estores de tela con lamas orientables.
Por último, en este afán por conseguir espacios diáfanos y lograr sensación de equilibrio resalta la colección de fotografía que tanto aprecia su propietaria, no en vano está firmada por artistas como Chema Madoz, Ouka Lele o María Gorbeña. Un reflejo más de la relación intrínseca entre profesión y vida privada.
SALÓN RESPLANDECIENTE

Un sofá chéster, una alfombra azul y una manta imprimen color a este inmaculado espacio, donde paredes, muebles y suelo resplandecen. Alfombra, de Mosel. Manta, de La Central. Espejo, de Artespaña. Mesitas Tulip, diseñadas por Eero Saarinen para Knoll, en Cromo Duro.
LUZ EN EL SALÓN

Los estores que visten los dos ventanales tamizan la abundante luz natural para evitar deslumbramiento, pero no restan luminosidad al salón. Entre los dos sofás, una mesa de pino aporta calidez y, junto a la alfombra, acentúa por contraste la blancura del ambiente. Estores Silhouette, de Gradulux.
COMEDOR FUNCIONAL

El comedor, ubicado en el salón, se utiliza también como rincón de trabajo. Los muebles de diseño depurado y blancos se mimetizan con las paredes y el pavimento. Junto a la mesa, una estantería baja, en forma de L, para organizar libros y material diverso. Mesa Less, de Molteni; y lámpara Akari, diseño de Noguchi en papel; ambas, en Mosel. Sillas Tulip, de Knoll, en Cromo Duro. Flexo articulado Tolomeo, de Artemide,en Ilumina. Fotografías, de María Gorbeña y Ouka Lele.
EN LA COCINA CONTRASTE EN GRIS

En la cocina, un frente de cerámica con aspecto pétreo protege la pared pintada de suciedad y salpicaduras. Su color grisáceo se integra bien con el mobiliario y la encimera blancos, y con los electrodomésticos y el aparador auxiliar, realizado en acero inox. Cocina, de la firma Salvarani. Electrodomésticos, de Teka.
ORDEN EN LA COCINA

Baldas y ganchos metálicos,de Ikea, y mueble con ruedas del sistema Metro, de Wikinsa, adquirido en Jota.
EN EL DORMITORIO, CABECERO CON EXPOSICIÓN

Fotografías y cuadros, de diversos formatos, decoran el cabecero; es un diseño en blanco, que se encargó a medida, para adaptarlo al retranqueo creado por el pilar. En su repisa también se colocaron dos flexos negros que se integran bien en este conjunto claroscuro. Cojines púrpura, de Urbana. Manta de punto, de Montes+Múgica Decoración. Fotografías, de María Gorbeña. Cuadros, de Oleaga.
DORMITORIO CON MUCHO PARA GUARDAR

Un práctico mueble con cajones, de pared a pared, sirve a la propietaria de esta casa para organizar sus numerosos complementos. Su distribución simétrica transmite sensación de orden y su altura, además, se adapta a la del ventanal. Estores Silhouette, de Gradulux. Maniquíes, de Vicente Navarro. Sobre la cómoda, lámpara, de Habitat.
TOCADOR MUY FEMENINO

Un tocador situado cerca del vestidor, y formado por un mueble antiguo y un espejo ondulado, de Mosel.
UN BAÑO MUY ACTUAL

El lavamanos se apoya sobre una encimera de Silestone, material sintético que también protege el frente. La decoración de este frente se completa con otros diseños modernos: dos lámparas de techo; un mueble suspendido con cajones extraíbles; y grifería de caño empotrado. Reflejada en el espejo, la ducha alicatada en gris, con la misma cerámica del suelo. Lámparas Regina, diseño de Jorge Pensi para B.Lux. Toallero y toallas, de Habitat.
PLANO E IDEAS DE LA REFORMA

– Todo el proyecto de decoración de la casa gira en torno al blanco. Se planteó como un gran lienzo en el que destacan los muebles por su diseño depurado o el contraste de color y las fotografías por su calidad e impacto visual.
– Para evitar deslumbramientos, sin perder luminosidad, se encargaron estores muy versátiles, que combinan las propiedades de un visillo, una persiana y una veneciana. Se componen de dos tejidos de poliéster entrelazado transparente, entre los que se han ajustado lamas en forma de S para conseguir un efecto luminoso diferente. Cuando se bajan, las lamas se pueden abrir para ver el exterior. Para más intimidad, sólo hay que cerrarlas.