Sin artificios decorativos, con su sola esencia por bandera, este piso situado en el casco antiguo de Palma de Mallorca fascina por la libertad de movimiento que propone su distribución abierta de uso compartido.
Alegría y quietud se complementan en este piso mallorquín a través de una decoración que utiliza el orden visual, la unidad en el interiorismo y la continuidad de ambientes para crear atmósferas tranquilas y limpias, pero con estimulantes combinaciones de materiales, que aportan calidez. Los colores neutros, insignia de la casa, son el fondo en esta residencia, habitada sobre todo en períodos vacacionales, y proporcionan una irrefutable sensación de sosiego.
El Taller de Arquitectura Cotacero propuso una rehabilitación funcional, que gira alrededor de los espacios diáfanos, comunicados visualmente en una distribución lineal en la que la cocina, ubicada en el eje central, distribuye la zona de día a un lado y la de noche a otro. El estar se sitúa en un extremo, con vistas a los Jardines del Palacio de la Almudaina. En el éxito del proyecto colaboran a partes iguales las soluciones de mobiliario a medida, que rentabilizan el espacio, y los materiales que revisten el suelo, el techo y las paredes, algunas en piedra original de Marés recuperada en la rehabilitación.
A continuación de la isla en la que se ubica el fregadero se ha creado un módulo de almacén a modo de despensa, que también oculta la lavadora y delimita la zona más privada de la casa. El baño se distribuye en tres áreas: inodoro, ducha y lavabo, repartidas en diferentes espacios en un juego de pasos. Dos accesos al dormitorio manifiestan la libertad de movimientos que ofrece la distribución, una original solución que potencia la sensación de apertura e integración en el resto de zonas, sin renunciar a la intimidad necesaria en cada uno de ellas, y que permite que la luz natural se reparta en los ambientes que ocupan la parte central de la planta.
UNA REFORMA EQUILIBRADA
En este proyecto prevalecen los ambientes sosegados, orientados a la contemplación, al descanso y a la vida familiar. Madera, ladrillo visto, color blanco de fondo, fibras naturales y textiles de algodón se coordinan hasta fusionarse unos con otros en un conjunto que reposa en calma total.
Sofá Kivik, de Ikea. Sobre el sofá, una obra del artista Miguel Moragues.
PIEZAS CLAVE EN EL SALÓN
Cada vez es más frecuente recurrir a asientos auxiliares para completar una zona de estar. Su versatilidad es innegable. Se puede decir que los pufs han revolucionado el concepto de asiento.
Este original puf lata de diseño metálico con cojín rojo, es de la tienda Pococomún.
UN SALÓN ALEGRE
Los profesionales del Taller de Arquitectura Cotacero, encargados de la rehabilitación de esta vivienda, recuperaron paredes originales, realizadas con la tradicional piedra mallorquina de Marés. A la vista en varios frentes, este acabado de esencia rústica potencia la magia de una decoración ultra-fresca y natural.
Lámpara de pie, de Ikea.
EL ENCANTO DE LOS TEXTILES
Los tejidos enriquecen de forma asombrosa gracias a los almohadones, mantas y alfombras. En este conjunto neutro no añaden notas de color sino matices de texturas.
Cojines: en colores, acabado tejano y el de menor tamaño, de Lu Ink. Con rayas en azul, de la tienda India & Pacific. Estampado en azul, de Rialto Living.
SALÓN COMEDOR SIN RESTRICCIÓN ESPACIAL
En la reforma se optó por derribar algunos tabiques para que se sucedieran los ambientes. En la elección del mobiliario se prefirieron piezas básicas e imprescindibles para dotar de comodidad y practicidad a esta segunda residencia. Para ello se recurrió a soluciones a medida, que se integran a la perfección.
Pufs de ratán, alfombra, cortinas y butaca de fibra, de venta en Ikea.
MESA CON COMPARTIMENTOS SECRETOS
Ante una casa pequeña es imprescindible buscar soluciones ingeniosas de almacén. Además de los armarios, hazte con piezas que incorporen compartimentos. ¡Alíate con la organización!
SALÓN, COMEDOR Y COCINA EN LÍNEA
La planta rectangular de este piso de 70 m² propició la distribución lineal de los espacios, que se suceden uno tras otro sin apenas barreras visuales, como se aprecia en la imagen.
ESPACIO DE ALMACÉN EN LA COCINA
Junto a la puerta de acceso a la vivienda se proyectó una zona de armarios, que se prolonga hasta uno de los vanos que comunican con el dormitorio. El acierto para no saturar el espacio: la sencillez de los frentes -en color blanco, lisos, y con un sencillo tirador en acero-.
DETALLES DELICIOSOS EN EL COMEDOR
Cuando se decora con mimo toda una vivienda ningún aspecto debe quedar al azar. Elige servilletas de tela en lugar de las de papel para las ocasiones especiales. Combínalas en tonos pasteles. Es lo más in.
Menaje, de Rialto Living.
LOS MUEBLES DE LA COCINA
detalle del mobiliario de cocina, en consonancia con el resto de volúmenes de la casa, diseñado por el arquitecto y realizado en tablero marino contrachapado, acabado en formica.
EL DORMITORIO, SINÓNIMO DE PAZ
Un estilo sencillo y pulcro domina el único dormitorio de la casa. Los tonos claros capturan la luz que entra por el ventanal y ofrecen una agradable sensación de amplitud y desahogo.
Cama, realizada por Espais de Fusta. Colcha de patchwork, de Rialto Living. Cojines: a rayas rojas, de Rialto Living. Estampado y el de menor tamaño, de Lu Ink. Farolillos de color rojo, de Ikea.
MUEBLES BAJOS EN EL DORMITORIO
En estancias pequeñas escoge muebles bajos, que no levanten muchos centímetros del suelo. En este dormitorio el acierto son las piezas, los complementos delicados y la combinación de materiales.
Lámpara y alfombra, de Ikea.
CABINA DE DUCHA
En la zona del baño la tarima de roble en color natural, que reviste todo el suelo de la vivienda, cede el lugar a la piedra de Santanyí apomazada (un acabado que se logra mediante un proceso de abrasión similar al del pulido, pero sin llegar a conseguir brillo). Este mismo material se prolonga en la cabina de ducha, ubicada en un retranqueo de la planta y delimitada por un cerramiento acristalado.
En el baño: sanitarios, de Flaminia.
UN BAÑO DE PASO
Entre los dos accesos al dormitorio, delimitados por puertas correderas de vidrio translúcido, se sitúa el lavabo, concebido como zona de tocador. Éste queda detrás de un módulo que acota la cocina. Una luna de espejo reviste el frente desde el techo hasta el lavabo, en una composición minimal de líneas rectas.
Silla, de Ikea. Grifería, de la firma Hansgrohe.
COLORES LAVADOS EN EL CUARTO DE BAÑO
Si buscamos un must en la pasarela para esta temporada, los tonos pastel y los colores lavados se posicionan con fuerza. Son perfectos para conseguir ese aire soft que tanto nos gusta.
Cesto, toallas y botes, de venta en la tienda Zara Home.
PLANO E IDEAS DE LA REFORMA
Libertad de movimientos. Sin tabiques, los ambientes se suceden en esta vivienda de manera lineal. Así, al estar le sigue el comedor, adosado a la cocina, y ésta da paso a una zona distribuidora en la que se ubica el lavado y desde la que se accede a la ducha y al dormitorio.